Enroscada y mordiéndose la punta de la cola, es el símbolo de la Eternidad (en monumentos sepulcrales) desempeña su papel en las representaciones de la Mitología, y es aditamento imprescindible a las alegorías de la envidia y de la Discordia.
En el arte religioso, la serpiente simboliza la maldad, el pecado, la tentación (escena del Paraíso); aparece bajo las plantas de la Virgen María, con una manzana en la boca.
Manual de ornamentación (F.S.MEYER)
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